Fuente: la verdad de murcia
Amil Abdul, argelino de 18 años, y Seidú Boaré, malí de 20, son dos de los 18 jóvenes acogidos por Cáritas en la Casa de África, en la Orilla de la Vía, en La Purísima/Barriomar. Ninguno de los dos celebrará la Navidad. Son musulmanes y sus días de fiesta se concentran en el ramadán. No obstante, gracias a Cáritas su menú variará esta semana. «Yo siempre digo que Jesús nace para todos y para que no se sientan aislados estos días les compraremos cordero y unos regalos para que se contagien al menos de la alegría de estos días», revela María Teresa Camacho, responsable de Inmigración de Cáritas y llamada por todos «Mamá África». Amil y Seidú llegaron a España en patera. Amil a Cartagena, hace un año y medio, y Seidú a Algeciras hace apenas cuatro meses. «España me gusta, pero no hay trabajo», dice Amil. «Si no hay nada mejor, volveremos a África», añade Seidú. Son jóvenes, sin oficio ni estudios. Cáritas les da cobijo por seis meses y durante cuatro les enseñan nociones básicas de español. Su semblante es de duda y apatía, como el de sus compañeros, todos inmigrantes 'sin papeles' y, lo que es peor, sin perspectiva vital y sin poder trabajar. «Allí tampoco se puede vivir, pero así tampoco».
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