Norteamérica corroboró una vez más su total parcialidad con la ocupación israelí al utilizar su derecho al veto por 42ª vez, contra un anteproyecto árabe presentado al Consejo de Seguridad Internacional para condenar la colonización que lleva adelante Israel en los territorios palestinos ocupados.
Este ultimo veto evidencia el respaldo estadounidense a la ocupación israelí a costa de la paz, seguridad y estabilidad de la región, contradiciendo sus declaraciones, que en teoría, instan a Israel a paralizar los asentamientos colonialistas.
Contrariamente a la función que deberían tener los Estados Unidos y el Consejo de Seguridad, de actuar como herramientas de presión sobre Israel para cumplir las resoluciones de la legitimidad y las leyes internacionales, el veto viene a reafirmar una vez más el alineamiento estadounidense con los asentamientos israelíes y la negación del derecho del pueblo palestino a la libre determinación y la instauración de su Estado independiente sobre sus territorios.
A la luz de las diarias agresiones israelíes contra el pueblo palestino que ignoran sus derechos humanos, responsables estadounidenses advirtieron que el flagrante alineamiento de Washington con Israel perjudicará aun más las políticas de EE.UU. y su credibilidad en la comunidad internacional, además de que aumentará el aislamiento de Israel, que a su vez se convirtió en una carga para esta comunidad, porque representa el mayor enemigo de la paz en el mundo.
El veto de EE.UU. destruye todo lo que dice la nueva administración de Barack Obama sobre sus esfuerzos para obtener la aprobación de Israel a congelar los asentamientos durante varios meses con el fin de continuar las negociaciones, lo que pone en tela de juicio una vez más su credibilidad, cataloga sus actos como engañosos y de consumir el tiempo a favor de la colonización y en detrimento de los derechos palestinos.
Este ultimo veto evidencia el respaldo estadounidense a la ocupación israelí a costa de la paz, seguridad y estabilidad de la región, contradiciendo sus declaraciones, que en teoría, instan a Israel a paralizar los asentamientos colonialistas.
Contrariamente a la función que deberían tener los Estados Unidos y el Consejo de Seguridad, de actuar como herramientas de presión sobre Israel para cumplir las resoluciones de la legitimidad y las leyes internacionales, el veto viene a reafirmar una vez más el alineamiento estadounidense con los asentamientos israelíes y la negación del derecho del pueblo palestino a la libre determinación y la instauración de su Estado independiente sobre sus territorios.
A la luz de las diarias agresiones israelíes contra el pueblo palestino que ignoran sus derechos humanos, responsables estadounidenses advirtieron que el flagrante alineamiento de Washington con Israel perjudicará aun más las políticas de EE.UU. y su credibilidad en la comunidad internacional, además de que aumentará el aislamiento de Israel, que a su vez se convirtió en una carga para esta comunidad, porque representa el mayor enemigo de la paz en el mundo.
El veto de EE.UU. destruye todo lo que dice la nueva administración de Barack Obama sobre sus esfuerzos para obtener la aprobación de Israel a congelar los asentamientos durante varios meses con el fin de continuar las negociaciones, lo que pone en tela de juicio una vez más su credibilidad, cataloga sus actos como engañosos y de consumir el tiempo a favor de la colonización y en detrimento de los derechos palestinos.
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