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jueves, 24 de febrero de 2011

¿Por qué España no se moja contra Gadafi?

Fuente: El Periodico Por Carlos Elordi


Muchos ciudadanos están alarmados por lo que está ocurriendo en el mundo árabe y, en particular, en Libia. Aunque la mayoría de los políticos y de los periodistas crea que los asuntos internacionales no interesan a nadie, cuando estos tocan de cerca, la gente corriente se hace preguntas. Y en esta ocasión se formulan dos muy precisas. La primera es: ¿qué consecuencias va a tener la revuelta árabe en España? La segunda: ¿cómo es posible que nuestros dirigentes, los europeos o los norteamericanos no se hayan enterado de lo que se estaba cociendo?

De ambas inquietudes puede estar surgiendo una sensación de desamparo. Los ciudadanos perciben que el Gobierno y sus socios internacionales no tienen capacidad de intervención en los acontecimientos árabes, lo cual, cuando se creía que España estaba en el club de los poderosos, de los que decidían la suerte del mundo, puede provocar algo más que una decepción.
A esto hay que añadir que, en general, la gente simpatiza con quienes se han levantado contra sus dictadores. Y que muchos esperaban que, en vista de que en Libia las cosas no están saliendo tan bien como en Túnez y en Egipto -a la espera de lo que ahí ocurra en el futuro-, desde fuera, incluso desde España, se hiciera algo para acabar con Gadafi. Que, como en las películas -ya que es así como se está contando el asunto en nuestras televisiones-, los buenos salvaran a los más débiles.
No parece que eso vaya a ocurrir. Al menos, mientras no se descarte que el sátrapa libio tenga aún posibilidades de resistir y, sobre todo, mientras no se establezca algún mecanismo que permita reequilibrar el protagonismo que los islamistas tienen en la revuelta, al parecer ya triunfante, del este de Libia. Más allá de las valoraciones morales que merece esa actitud, agravada por el hecho de que nuestros gobiernos llevan décadas proclamando la necesidad de la democracia en el mundo musulmán, cabe sospechar que ni el pueblo libio ni, en general, los árabes, van a olvidar ese comportamiento. Y en ese mundo, que tan cerca tenemos, ahora los pueblos van a contar mucho más que antes.

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