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martes, 1 de marzo de 2011

«Mi familia es española desde hace muchos siglos»

Fuente: Diario Sur




Aomar Mohamedi Dudu fue el líder que, a mediados de los ochenta, consiguió que a la comunidad musulmana de Melilla se le reconocieran una serie de derechos civiles para que dejaran de ser tratados como extranjeros en su propia tierra.
-Usted nace en la ciudad, se forma en la Salle, estudia Económicas en Málaga y monta una asesoría en Melilla. Sin embargo, pierde la documentación española.
-Sí, estoy tratando de recuperarla porque se me incoo un expediente un poco extraño. No se me dio audiencia y sentí una indefensión total. Estoy convencido de que hubo irregularidades y por eso intento ahora que se resuelva. Fui el único que pagó el pato de los moros y se puede decir que intercambié la mía por la de miles de melillenses.
-¿Cómo transcurre su vida hasta que en mayo de 1985 publica un artículo premonitorio de todo lo que ocurriría después?
-No sólo es que yo haya nacido en Melilla, es que mis antepasados están aquí desde 1609. Pertenecemos a la familia Funti, de origen andalusí. Somos españoles desde hace muchos siglos.
-No ha perdido su acento andaluz.
-Eso es porque estudié en Málaga. Viví aquella época muy intensamente. Estuve plenamente integrado con mis amigos de allí, con los sevillanos, los granadinos...Lo recuerdo con un cariño total y enorme.
-Cuando escribe ese artículo pertenece al movimiento de la regeneración socialista. La formación le expedienta y le expulsa.
-Se me echó del PSOE por haber reflexionado sobre la situación de los musulmanes. No obstante, ese artículo se supera más tarde y todas las fuerzas políticas lo asumen, tanto en Melilla como en el resto de España.
-Usted comienza entonces a aglutinar sensibilidades para hacer visibles a los apátridas. Comienzan así las reivindicaciones, con la manifestación de noviembre de 1985 y la contramanifestación .
-No pensé en ningún momento que la fractura pudiera ser definitiva porque mi lucha, desde el primer momento, fue pacífica. Queríamos dialogar y demandar derechos civiles, no otras cosas. Sabíamos que era difícil porque el cambio no es fácil. Amigos que estudiaron conmigo en La Salle desde los cinco años, en el año 1986 se pusieron frente a mí. Más tarde, me reconocieron que se habían equivocado y que no hicieron lo que debían. Eso para mí es muy importante, que admitan que teníamos razón. No, nunca pensé en que se produciría una fractura social. Es más, hay que dar gracias porque todo ocurriera hace tanto tiempo. Con todo lo que está pasando ahora en el mundo, habrían aparecido grupos radicales. Existe un fanatismo religioso que, en aquella época, no apareció. Abanderamos los derechos civiles y apartamos la cuestión religiosa. Los musulmanes no unimos por nuestra situación social no por nuestra creencia.
-Ustedes gritaban «somos de aquí» en tamazight. ¿Cómo se pronuncia?
-(Risas). Mis enemigos siempre se aprovechan de mi pronunciación. Ya lo han hecho en Rabat y en algún que otro sitio intentando decir que no soy un buen rifeño. Lo importante es ser buena persona y estar al lado de la razón, de la justicia, de los derechos humanos y de los derechos civiles. Hay algunos que pregonan su religiosidad y después, a la hora de la verdad, están en situaciones bastante complicadas.

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