El presidente de la Ciudad adelantó ayer, en declaraciones a Onda Cero, que presentará una querella contra los responsables de la Comisión Islámica (CIM) por haber promovido un escrito de condena en el primer encuentro de federaciones islámicas en el que se refieren a él como un tirano y le acusan de atacar a los musulmanes. Juan José Imbroda asegura que pondrá el caso en conocimiento de la Dirección General de Asuntos Religiosos del Ministerio de Justicia porque entiende que tanto esas graves acusaciones, como la posibilidad de que hasta 16 entidades de toda España se concentren en Melilla en apoyo de esa comunidad «crean en la ciudad un ambiente casi pre bélico».
Imbroda está convencido de que el portavoz de la Comisión Islámica «es un títere de Mustafa Aberchan» cuya misión es «controlar» a todos los musulmanes y mantenerlos aislados. El presidente tiene muy claro que Samir Mohamed Tieb «ha engañado» al resto de federaciones para que apoyen un documento en el que le culpan de ir contra los musulmanes y le acusan de ser un déspota y un tirano.
Compra de votos
El popular rechazó ayer rotundamente lo dicho por Mohamed Tieb, anunció que interpondrá una querella contra él y añadió que los únicos enemigos de los musulmanes son los responsables de la Comisión Islámica, «que quieren aislar a la comunidad mediante la compra de votos y utilizando la religión para hacer política». Imbroda fue más allá al denunciar que, «en estos momentos», hay personas que ofrecen trabajo a cambio de un determinado número de apoyos.
El presidente reconoce que le «fastidia» el hecho de que haya al frente de la Comisión Islámica un grupo de «racistas y xenófobos» que se limitan a cumplir las órdenes de Coalición por Melilla. «Son el brazo ejecutor de CpM», apuntó el popular visiblemente molesto.
Además de informar al Ministerio de Justicia, Imbroda avanzó en Onda Cero que se pondrá en contacto con el resto de federaciones islámicas para dar su versión de los hechos. El popular insiste en que están creando un ambiente «pre-bélico» manipulándolo todo en su propio provecho y convirtiendo a Melilla en un pequeño Líbano. «Quieren hacer de la ciudad un Líbano de trece kilómetros cuadrados».
Fuente: Diario Sur
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