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lunes, 24 de enero de 2011

El pueblo Árabe clama justicia y bienestar-social

Fuente: A.I.N



Lo que acaba de ocurrir en Túnez, ni es baladí ni representa un caso aislado. Mas bien, al contrario. El resto de los países de la región del norte de Africa ven con gran preocupación los acontecimientos que han dado la vuelta al pequeño y vecino país de España.
El presidente tunecino Ben Alí, como el resto de sus homólogos, dictadores del Magreb, abusó de un pueblo noble. Entró en las puertas de la corrupción sin preguntar amparándose en su condición de Jefe del Estado. Su mujer y su familia política controlaban los pingües negocios, desde radios a hoteles. Mientras tanto gran parte del pueblo tunecino vivía en la miseria y sin libertad. Todo ello, durante veintitrés años de dictadura.
Al final los tunecinos no han soportado más. Este pueblo estoico, que parecía aletargado con una influencia férrea de Ben Alí, se ha cansado y ha dicho “hasta aquí hemos llegado”. Ahora el presidente vive placidamente en Arabia saudi gracias a sus “hermanos” saudíes, que le protegen y le cortejan. A pesar de que Arabia Saudí es inmensamente rica, tampoco se queda corto el sátrapa tunecino. Los presidentes del norte africano guardan silencio, salvo Gaddafi, quien ha defendido a Ben Alí. El resto está en calma y miran hacia otro lado no sea que los siguientes puedan ser ellos.
El contagio de lo que ha ocurrido en Túnez es más que probable.varios pueblos norteafricanos viven las mismas condiciones deplorables que Túnez. La ciudadanía magrebí sobrevive entre el miedo a los gobernantes, que se han convertido algunos en vitalicios. Una prueba es Gaddafi o el propio Mubarak en Egipto. Este ultimo celebra elecciones, aunque están amañadas.
Sin embargo el Viejo Continente, Europa, le perdona todo. No dice una palabra más alta que otra sobre Mubarak o contra Gaddafi a pesar de que puso en jaque a Occidente con el atentado de Lockerbie. Contra ellos no. Pero si cargan sus tintas, contra pequeños países insignificantes. A ellos sí, porque son lecciones de moralidad. Lo mismo que ocurre con Libia o Egipto, pasa con Pakistán. Otro de los países por donde corre el gas por sus venas.
Pero ojo. Lo ocurrido en Túnez es un serio aviso para navegantes. Si los gobiernos de estos países no se democratizan y que reina la justicia  - pero ellos sin ayuda de Occidente - lo que habrá pasado en Túnez puede ser un efecto dominó para el resto del Magreb. Puede ocurrir desde Mauritania, hasta Egipto. Incluso más allá, por Oriente Medio con el propio Yemen, donde no tienen libertad ni riqueza. Sólo hay hambre, mucho hambre.
Los pueblos, empiezan a pedir, a gritos, una democracia,una justicia, pero a su manera; no a la de Occidente.

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