Autoridades de Israel, apoyadas por fuerzas militares de ocupación, derribaron  hoy cinco tiendas de campaña que albergaban a 50 beduinos palestinos y varios  árboles de olivo de una aldea en la ciudad cisjordana de Hebrón.
Un observador de los Equipos Cristianos de Pacificación denunció  que los israelíes emplearon buldózers para reducir a escombros las improvisadas  viviendas de los beduinos y sepultar sus plantaciones y fuentes de  abastecimiento de agua en la pequeña comunidad de Amniyr.
El referido lugar se ubica en el norte de la aldea de Susiya, a  su vez situada en el sur de las colinas de Hebrón, en la ocupada Cisjordania o  Ribera Occidental del río Jordán.
La demolición comenzó poco antes del amanecer, alrededor de las  05:30 horas locales, con la destrucción de las tiendas, tras lo cual rellenaron  de tierra y arena un pozo y una cisterna de agua.
"Ellos arrancaron varios árboles de olivo y los enterraron",  describió un testigo al añadir que las 50 personas perjudicadas quedaron sin los  albergues a los que se habían movido durante el invierno debido al acoso de  colonos judíos en otro campamento cercano.
Recordó que hace años el mismo hostigamiento de colonos  extremistas los había forzado a trasladarse a Amniyr.
Según miembros de la referida instancia de paz, lo único que  quedó de la comunidad fue una cueva donde los residentes se habían refugiado  durante la demolición, y un pequeño horno de piedra para hacer pan.
Los moradores afectados aseguraron que volverán a reconstruir sus  precarias casas y solicitarán al Comité Internacional de la Cruz Roja que les  suministre tiendas de campaña, pese a que las autoridades de la Administración  Civil israelí esgrimieron supuestas ilegalidades.
El gobierno de Tel Aviv habitualmente sotiene que las comunidades  de beduinos palestinos viven en terrenos estatales y les giran órdenes de  evacuación, a pesar de que éstos aseguran tener papeles de propiedad.
Los israelíes habían entregado el 15 de febrero órdenes de  demolición en Amniyr, pero el pasado domingo el coordinador residente para  Asuntos Humanitarios de la ONU, Maxwell Gaylard, condenó un desalojo forzado  similar en la aldea de Khirbet Tana.
Pobladores de esa localidad del norte de Cisjordania sufrieron el  derribo de sus casas por cuarta vez desde enero de este año, una situación que  Gaylard calificó de "inhumana" y reprobó por el "impacto devastador sobre  comunidades palestinas vulnerables".

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