Las fuerzas de Gadafi han utilizado bombas de racimo fabricadas en España en sus ataques a zonas residenciales de Misrata, según una información publicada ayer por «The New York Times». La investigación sobre el terreno realizada por el diario norteamericano concluye que los componentes de ese explosivo, indiscriminado y particularmente letal, fueron fabricados en 2007, un año antes de que España firmase la Convención Internacional contra las Bombas de Racimo y destruyera sus arsenales.
La información puede añadir presión para que la OTAN eleve el nivel de sus ataques en Libia, que tienen como objetivo inmediato y más urgente la protección de la población civil.
Francia está presionando a sus socios en la Alianza para que ésta golpee las posiciones avanzadas de Gadafi o sus depósitos de armas, centros de mando así como otros objetivos estratégicos de Trípoli. Francia y Gran Bretaña son los dos países que han aportado aproximadamente la mitad de los 200 aviones disponibles y lideran la operación puesta en marcha el pasado 19 de marzo. Desde el 1 de abril la comanda la OTAN.
Pero desde que comenzaron los bombardeos aliados en el país magrebí hace casi un mes, el Ejército del dictador apenas ha retrasado sus posiciones 180 kilómetros en el frente oriental, donde más duros combates está librando contra los rebeldes. En el oeste, el asedio a la ciudad de Misrata, la tercera del país con unos 300.000 habitantes, sigue casi inalterable desde hace casi dos meses. Se trata, según los rebeldes, de un pobre resultado.
«Ya hemos golpeado a unos cuantos tanques y aviones. Ahora queremos golpear más y más objetivos estratégicos», reconoció una fuente militar francesa a la agencia Reuters. Rusia recela de esta vía y sigue insistiendo en que se prime la vía política. Nada hace prever, al menos a corto plazo, que el líder libio vaya a cambiar.
Fuente: Abc
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