Marruecos, la revuelta a medias

La monarquía en Marruecos parece estar lejos siquiera de comenzar a tambalearse. Al contar con todo el respaldo del Ejército, el rey Mohammed VI parecería que sólo tiene que preocuparse porque las protestas no escalen en virulencia y convocatoria, además de que no se vinculen con el conflicto Saharaui.

El 20 de febrero pasado miles de marroquíes salieron a la calle en 53 ciudades y pueblos para reclamar dignidad, justicia, libertad y cambios constitucionales, según los organizadores. A diferencia de sus pares en el Magreb, en la mayoría de las manifestaciones no se registraron incidentes e incluso fueron transmitidas por televisión...
Y es que en este país las luchas sociales se unificaron en una sola tras los ejemplos dados por Túnez y Egipto, haciendo que el olor de la ahora llamada Revolución de Jazmín alcanzara a todos quienes reclaman a la monarquía el rezago económico en que está sumergido el país y ciertas reivindicaciones particulares... .
En casi todas las universidades del país, incluyendo las de las ciudades de Fez, Marrakesh y Agadir se han producido enfrentamientos entre estudiantes y policías con numerosas detenciones. Pero según los especialistas, ha sido el excesivo empleo de medios represores, como el uso de balas de goma y gases lacrimógenos, lo que ha dado combustible a las manifestaciones.
Añaden que, por ejemplo, lo que ocurre en Casablanca es reflejo de lo que en realidad está pasando en el resto del país: los habitantes de los barrios pobres que llevan más de un año exigiendo una vivienda digna organizaron una manifestación que derivó en fuertes enfrentamientos entre manifestantes y policías. En ningún momento, exigían la salida del gobierno...
Por eso ven con escepticismo la convocatoria de los partidos de la izquierda radical que han rechazado reunirse con el Ministerio del Interior para tratar la cuestión de las elecciones que deberán celebrarse en 2012. La Unidad Democrática, principal centro opositor en Marruecos, aliado a partidos como el PADS, PSU y CNI, -que también rechazaron la invitación del gobierno a dialogar, hizo un llamado para manifestaciones en todo Marruecos a realizarse con la participación de todos los movimientos de lucha local que llevan años de resistencia.
Según especialistas es hasta ahora que las exigencias de dimisión del gobierno, disolución del Parlamento y cambios constitucionales democráticos se convirtieron en los objetivos comunes, a los que se añade el cese de la represión y la libertad de todos los detenidos en las movilizaciones.
Sin embargo, el gobierno se defiende alegando que ha dejado abierta la posibilidad de que los marroquíes puedan expresarse libremente en internet y en la calle. Además, subraya el hecho de que ha sumado a sus filas -incluso en puestos clave como el Ministerio del Interior- a opositores radicales del anterior régimen encabezado por Hassan II.
Frente a las presiones de la Unión Europea (UE) porque cese la represión, Marruecos señala que sí tiene presos políticos, pero que estos son por delitos terroristas y no por militancia política...
Al frente del actual gobierno, además, está la generación que luchó contra el colonialismo y después por la democracia y los derechos humanos bajo el régimen del padre del actual monarca, y cuyos miembros fueron en muchos casos encarcelados y reprimidos.
Analistas afirman que si se intensifica el movimiento social generado tras el ejemplo tunecino y egipcio, será por la ineficacia de las autoridades para contener las protestas, por la injerencia externa para provocar que el conflicto saharaui sea vinculado con el tema de la democracia en el país, y por que el régimen fue incapaz de revertir la enorme antipatía que hay hacia el actual monarca, más que por verdaderos vientos de cambio democrático.

Por: Antonio Mercado